21 Mar Entrevista Rafael Cantón – Jefe del Servicio de Microbiología Clínica del Hospital Universitario Ramón y Cajal
Rafael Cantón: “Es ahora, cuando no hay presión inminente de una emergencia de salud pública como con el SARS-CoV-2, que tenemos que continuar trabajando para impulsar protocolos que hagan frente a estas situaciones”
El Dr. Cantón es desde el 2011 Jefe del Servicio de Microbiología Clínica del Hospital Universitario Ramón y Cajal y también profesor asociado de Microbiología Clínica en la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense (Madrid, España). Su investigación ha dado lugar a más de 600 publicaciones en revistas médicas y ha participado en 58 capítulos de libros. El Dr. Cantón también ha sido presidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) (2015-2017) y presidente del Comité Europeo de Pruebas de Sensibilidad Antimicrobiana (EUCAST) (2012-2016). Actualmente es miembro del consejo científico asesor del Programa Conjunto Iniciativa de Resistencia Antimicrobiana (JPIAMR) de la Unión Europea y Coordinador de Datos Clínicos de EUCAST. También es miembro activo de la Sociedad Europea de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas (ESCMID), pertenece al Consejo Editorial de varias revistas de Microbiología y ha sido editor de los Procedimientos de Microbiología Clínica de la SEIMC.
¿Piensa que nuestro sistema nacional de salud está ahora mejor preparado después del SARS-CoV-2 para hacer frente a una futura emergencia de salud pública?
En general, existe una mayor concienciación de la población ante posibles emergencias y también de las autoridades sanitarias, técnicos y profesionales. No obstante, se ha perdido una oportunidad de seguir trabajando desde las instancias políticas para impulsar protocolos de trabajo y actuaciones que permitan responder a estas emergencias. Es ahora, cuando no existe una presión presumiblemente inminente, cuando se deben realizar acciones que refuercen el sistema. La atención primaria, las urgencias hospitalarias, la formación y disponibilidad de profesionales, los sistemas de información deben ser áreas prioritarias. Si hablamos de microorganismos con capacidad de generar estas alertas, debe establecerse una atención continuada en el diagnóstico microbiológico y la formación de especialistas en Enfermedades Infecciosas con la creación de esta especialidad.
¿Cree que la creación de la HERA (Health Emergency Preparedness and Response Authority) a nivel europeo en el 2021 puede suponer una mejora en la vigilancia y la coordinación a nivel europeo?
Mi respuesta es positiva. De hecho, se ha reforzado la capacidad de los laboratorios y Servicios de Microbiología en técnicas de secuenciación. Se ha aplicado inicialmente a SARS-CoV-2 pero también a otros virus respiratorios epidémicos. Esta acción puede beneficiar también a la RedLabRA – La Red de Laboratorios para la Vigilancia de Microorganismos Resistentes, impulsada por el Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN) de la Agencia Española del Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).
¿Cómo afectará el cambio climático a la aparición de virus, hasta ahora inexistentes, en continentes como el europeo (Ejm: vector-borne transmisión diseases)?
El cambio climático puede favorecer el desarrollo de vectores (artrópodos) que permitan la trasmisión de virus zoonóticos. Este hecho ha de ponerse también en contexto de la creciente globalización ampliándose el riesgo de esta emergencia. Ejemplo de ello es lo acontecido hace años con virus Zika en Brasil, fiebre del Nilo en los Estados Unidos y el riesgo de brotes epidémicos de dengue, fiebre amarilla o Crimea Congo en los países mediterráneos.
¿Cuáles son los retos en la actualidad que hay que afrontar en el tema de la resistencia antimicrobiana a antibióticos?
Los retos que hay que abordar son de diferente índole. En el terreno de los antimicrobianos, la disponibilidad de compuestos con nuevos mecanismos de acción, facilitar el acceso de las moléculas ya aprobadas por la European Medicines Agency (EMA) e implantar sistemas innovadores de reembolso a las compañías farmacéuticas que introduzcan estos fármacos en el arsenal terapéutico. Asimismo, debemos disponer de técnicas rápidas de diagnóstico con laboratorios de microbiología con atención 24×7. También de profesionales formados en los programas PROA (programas de optimización del uso de antimicrobianos) que faciliten un mejor uso de los mismo. Un aspecto no menos importante es la concienciación de la población en general en el uso de los antimicrobianos. Todas estas acciones han de realizase con una perspectiva One Health (una sola Salud) que abarque también al sector veterinario y medioambiental.
¿Qué necesidades no cubiertas hay en la prevención y diagnóstico de las enfermedades infecciosas? ¿El uso de la IA nos puede ayudar al desarrollo de nuevas herramientas en ese campo?
Disponemos de mejores técnicas que hace años, pero sigue teniendo posibilidades de mejora. Facilitar un diagnóstico sindrómico y diferencial es ya una realidad, pero deben seguir trabajándose aspectos relacionado con los tiempos de respuesta y procesos de trabajo automatizados tipo “random access”. La IA puede ayudarnos al desarrollo de nuevas pruebas, su optimización, el análisis de los resultados o la elección del paciente que mejor se puede beneficiar.
¿Las vacunas basadas en ARNm pueden acelerar el desarrollo de nuevas vacunas para infecciones virales emergentes?
Sin duda, han sido un ejemplo de su utilidad y han allanado el camino a posible nuevas vacunas y su desarrollo. Han demostrado ser eficaces y seguras por lo que la fabricación de nuevas vacunas mRNA debe ser una prioridad en las políticas de prevención de infecciones víricas emergentes.
¿Existe alguna tecnología prometedora que tengamos que vigilar, tanto a nivel terapéutico como diagnóstico, en el campo de las enfermedades infecciosas?
En este terreno existente muchas iniciativas que deben ser tenidas en cuenta. Ejemplo de ello es la innovación en el diagnóstico de la sepsis, aunque sigue siendo necesario el cultivo microbiológico. Se están desarrollando técnicas rápidas basadas en técnicas de citometría de flujo, microscopia, fluorescencia o sensores voladizos (cantilevers) que reducen drásticamente los tiempos de respuesta. Los sistemas de secuenciación ultrarrápidos son también técnicas que considerar.