05 Sep Diferencias en Salud por Sexo Biológico: Retos y Oportunidades para la Medicina Personalizada
Artículo de Natalia de la Figuera – Cofundadora y COO de GENESIS Biomed
• El sexo biológico debe considerarse como una variable en toda investigación biomédica relacionada con la salud.
• El reconocimiento de que el sexo biológico condiciona las enfermedades subraya la necesidad de un enfoque diferenciado en la medicina siguiendo la tendencia actual de la llamada medicina personalizada.
Que el sexo biológico, tanto en los humanos como en cualquier otro animal, condiciona tanto las características físicas como en el comportamiento es algo que sabemos desde la antigüedad. Por ejemplo, la leona hembra es más pequeña que el león y no tiene melena lo que la convierte en más adaptada para la caza, en cambio el macho más grande, menos ágil y más fuerte defiende el territorio y el grupo. La naturaleza nos muestra una infinidad de ejemplos y sin embargo es curioso como históricamente, la medicina ha aplicado un enfoque generalizado al tratamiento de enfermedades, sin considerar adecuadamente las diferencias de sexo, excepto en aquellas condiciones o enfermedades relacionadas con el aparato reproductivo. Sin embargo, recientes investigaciones han puesto de manifiesto que los hombres y las mujeres tienen diferentes patrones de enfermedad. Enfermedades o condiciones diferentes a las relacionadas con el sistema reproductivo afectan a ambos sexos, muchas veces con diferente frecuencia o presentación, o pueden requerir tratamientos diferentes. Estas diferencias provienen de las exposiciones, susceptibilidades y respuestas a los agentes iniciadores de enfermedades, diferencias en el almacenamiento de energía y el metabolismo, y dispares intervenciones diagnósticas y terapéuticas. Comprender las bases de estas diferencias basadas en el sexo es importante para desarrollar nuevos enfoques de prevención, diagnóstico y tratamiento.
El sexo biológico debe, por tanto, considerarse como una variable en toda investigación biomédica y relacionada con la salud.
Entre algunas de las enfermedades en las que existe diferencias notables, destacando la importancia de un enfoque personalizado en la atención médica, podemos indicar:
Enfermedades Autoinmunes:
Las enfermedades autoinmunes, donde el sistema inmunológico ataca al propio cuerpo, son notablemente más comunes en mujeres que en hombres. Los estrógenos, que están presentes en niveles más altos en las mujeres, pueden influir en el sistema inmunológico y predisponer a las mujeres a padecer estas enfermedades. Algunos ejemplos destacados incluyen el lupus eritematoso sistémico donde la prevalencia en las mujeres es del 90%, la esclerosis múltiple que es de 2-3 veces más común en mujeres que en hombres y la artritis reumatoide que afecta aproximadamente a tres veces más mujeres que hombres.
Enfermedades Mentales:
Las diferencias de sexo también son evidentes en el ámbito de las enfermedades mentales: En patologías como la depresión las mujeres tienen el doble de probabilidades de sufrir depresión en comparación con los hombres y lo mismo pasa en el caso del Transtorno de Ansiedad generalizada. De nuevo las diferencias hormonales y las expectativas sociales contribuyen a la disparidad.
Enfermedades cardiovasculares:
Mujeres y hombres presentan diferencias anatómicas y funcionales en sus sistemas cardiovasculares. Por ejemplo, las mujeres tienen corazones más pequeños, contractilidad ventricular más fuerte, vasos sanguíneos más pequeños y un volumen sanguíneo general más pequeño en la circulación. Las manifestaciones de las enfermedades cardiovasculares también difieren según el sexo. Durante un ataque cardíaco, los hombres suelen presentar dolor opresivo en el pecho, dolor extendido en los brazos, náuseas y sudor frío, mientras que las mujeres presentan principalmente dolor debajo del esternón, dolor abdominal, dificultad para respirar, náuseas y fatiga extrema. En el caso de accidentes cerebrovasculares la incidencia es mayor en las mujeres que en los hombres entre los menores de 30 años, mientras que las tasas son más altas en los hombres que en las mujeres durante la mediana edad, aunque el riesgo de éstas aumenta durante etapas específicas de la vida, como el embarazo, el posparto y la menopausia.
Estos solo son algunos de los ejemplos, pero las diferencias están presentes en el resto de las enfermedades como las metabólicas, respiratorias, neurológicas, etc.
Conclusión
El reconocimiento de que el sexo biológico condiciona las enfermedades subraya la necesidad de un enfoque diferenciado en la medicina siguiendo la tendencia actual de la llamada medicina personalizada, en el que se aplica un enfoque innovador de la prevención y el tratamiento de enfermedades teniendo en cuenta las diferencias en los genes, el entorno y el estilo de vida de las personas. Las diferencias en la prevalencia, presentación y complicaciones de enfermedades entre hombres y mujeres resaltan la importancia de personalizar los tratamientos y las estrategias preventivas. La investigación continua en esta área es crucial para desarrollar intervenciones más efectivas y equitativas, mejorando así la salud y el bienestar de toda la población. La educación médica también debe adaptarse para integrar estas perspectivas, asegurando que los profesionales de la salud estén bien equipados para ofrecer una atención adecuada a todos los pacientes, independientemente de su sexo biológico.