Entrevista Dr. Manuel Desco – Profesor de Radiología de la Universidad Carlos III y Jefe de Medicina y Cirugía Experimental del Hospital Gregorio Marañón

Manuel Desco:“ITEMAS inició un cambio cultural en los hospitales promoviendo la innovación y la transferencia tecnológica”

 

Manuel Desco tiene la formación de médico, Doctor en Medicina, Especialista en Medicina Nuclear e Ingeniero Superior de Telecomunicaciones. Actualmente es profesor de Bioingeniería en la Universidad Carlos III y Jefe del Servicio de Medicina y Cirugía Experimental del Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Además, dirige la Unidad de Imagen Avanzada en el CNIC (Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares). El Dr. Desco trabaja en el campo de la imagen médica y en el fomento y apoyo de la innovación y la transferencia tecnológica desde los hospitales.

 

La crisis sanitaria derivada de la Covid-19 ha transformado nuestra sociedad, ¿cómo se han percibido estas transformaciones a nivel médico? ¿qué hemos aprendido de la pandemia?

La pandemia ha tenido un enorme impacto sobre el sistema sanitario. Además de los efectos obvios sobre el aumento de carga de trabajo, nos ha permitido constatar que en España prácticamente carecemos de sector industrial biomédico. Ahora se están poniendo en marcha medidas que intentan potenciar ese sector biomédico, biotecnológico y electromédico que, como digo, casi no existía en España. También hemos comprobado que tenemos un sistema mucho más rígido de lo que nosotros pensábamos para adaptarnos a una situación rápidamente cambiante. De hecho lo hemos podido hacer, porque en España la respuesta ante situaciones críticas siempre es buena gracias a esfuerzos personales casi heroicos, pero no gracias a la estructura que teníamos, en absoluto idónea para abordar crisis.

 

Desde el Hospital Gregorio Marañón se trabaja con diversas técnicas de imagen molecular, ¿cómo van a permitir estas técnicas de interpretación de los datos de las imágenes el desarrollo de biomarcadores para el seguimiento del paciente en diferentes patologías (oncología)? ¿no es suficiente con la imagen de un TAC o una resonancia magnética?

No es suficiente, esto ya lo sabemos desde hace tiempo. El concepto de imagen molecular consiste en obtener una serie de imágenes del cuerpo humano que no contienen sólo información anatómica, sino también información de cómo están funcionando los diferentes procesos biológicos a nivel molecular. Lo que define la imagen molecular es que se inyecta una sustancia que podemos llamar sonda o trazador, marcada de alguna manera de tal modo que podemos seguir su pista desde fuera. Dependiendo de cuál sea esta sustancia vamos a poder analizar diferentes procesos metabólicos en muy diferentes patologías. La cantidad de información que se puede obtener es enorme y muy interesante. Sin embargo, para, utilizar estas moléculas (que hay que inyectar) en la práctica clínica se necesita una autorización de las mismas como fármaco, lo que implica unos costes y unas dificultades enormes. Sin embargo, son una herramienta enormemente potente y útil en el ámbito de la investigación preclínica, y van pasando lentamente a su uso clínico. Por ejemplo, una molécula que se llama FDG, que es glucosa marcada con un átomo radiactivo, se puede analizar mediante una técnica de imagen llamada PET (Tomografía por Emisión de Positrones), y ha supuesto un antes y un después en el campo de la oncología.

 

¿Ha mencionado que se podría extraer información interesante? ¿A qué se refiere?

Es una información interesante por varios motivos. Primero porque es cuantitativa, a diferencia de la radiología convencional donde el médico ve la placa y allí el paciente tiene un tumor, o no lo tiene, y se pone en el informe. Aquí obtenemos información cuantitativa que antecede a los cambios anatómicos. Cuando se produce una patología empieza a suceder a pequeña escala, a nivel molecular, a nivel celular, y poco a poco va creciendo. Entonces, cuando ya se hace visible en una imagen radiológica convencional estamos ante un problema que ya tiene una dimensión macroscópica. Sin embargo, con estas herramientas de imagen molecular somos capaces de ver las cosas en un estadio mucho más temprano. Esto es, cuando todavía no se ve nada, no hay ningún bulto y no hay aparentemente ninguna señal externa, la imagen molecular ya nos puede indicar que están sucediendo cosas a nivel metabólico, que son perfectamente detectables mediante estas técnicas de imagen molecular. Por ello, la imagen molecular ofrece grandes ventajas sobre la imagen anatómica convencional.

 

Hay muchos cambios en el campo de la radiología, ¿cómo está revolucionando la Radiómica este sector?

A través de la Radiómica se pretende superar el paradigma de interpretación cualitativa de las imágenes como si fueran “fotografías”, para entrar en algo más sofisticado, cuantitativo, donde seamos capaces de proporcionar números e información objetiva de lo que antes era simplemente “mirar la foto” y decir lo que nos parece. En este sentido es importante la contribución de técnicas de Inteligencia Artificial.  Ahora mismo hay un boom total, el 70% de lo que se publica en nuestro ámbito utiliza Inteligencia Artificial; sin embargo, si miramos en el campo clínico, hay más bien pocas aplicaciones reales de inteligencia artificial. Tenemos un problema de desajuste entre lo que son las posibilidades que tienen las herramientas de Radiómica y de inteligencia artificial y lo que somos capaces de implementar y explotar de manera segura en este momento en el mundo médico. Aquí hace falta un desarrollo no tanto técnico como de coordinación y validación, para ver cómo vamos a ser capaces de transferir estas cosas al mundo de la realidad clínica.

 

Desde la UMCE (Unidad de Medicina y Cirugía Experimental) que dirige desde 2007, ¿qué investigaciones se están desarrollando en la actualidad? ¿Tienen estas investigaciones suficiente financiación a través de subvenciones nacionales e internacionales? ¿Qué se necesita para llevar a cabo estas investigaciones?

La Unidad de Medicina y Cirugía Experimental del Hospital Gregorio Marañón es una unidad que aloja todas las instalaciones centrales de investigación no clínica del hospital, y en la cual hacen cosas muy variadas diversos grupos de investigación. En el ámbito de la imagen, lo que yo destacaría de las investigaciones que estamos haciendo ahora es esta orientación al uso práctico de nuestros desarrollos, que quizá antes no era tan marcada. Por otra parte, la financiación por la que me pregunta es obviamente escasa si nos comparamos con otros países, pero lo peor de todo no es la cantidad sino la calidad, porque la financiación que hay está disgregada en multitud de convocatorias públicas, privadas y variopintas, más o menos incompatibles entras ellas, de relativamente poca entidad económica y con enormes rigideces para poder disponer de los fondos de un modo sensato. En Estados Unidos, por ejemplo, se conceden proyectos de millones de dólares; el investigador redacta su proyecto y, si se lo conceden, dispone de los próximos años para trabajar de forma continua y consistente. En España, en vez de concedernos un proyecto de equis millones de euros para que trabajemos los próximos tres o cinco años, nos dan un proyecto de 50.000, otro de 100.000, otro de 7.500 euros, lo cual nos obliga a pasarnos la vida escribiendo solicitudes de nuevos proyectos, tratando de financiar a trozos lo que debería haber sido una línea grande y consistente. Hubo una iniciativa que fue la creación de la Agencia Estatal de Investigación para unificar y racionalizar las fuentes de financiación, pero claramente aún no se ha conseguido y tenemos todavía mucho camino por recorrer.

 

¿En qué situación se encuentra actualmente la ingeniería biomédica? ¿Cuáles son los principales avances tecnológicos en este campo?

La ingeniería biomédica es una especialidad de reciente creación en España. De hecho, en la Universidad Carlos III pusimos en marcha uno de los primeros Grados de Ingeniería Biomédica en España, pero eso sucedió hace pocos años. Nos hemos incorporado con un retraso llamativo a algo que ya existía desde hace tiempo en todo el mundo, y no hablo solamente de países muy avanzados. Eso sí, en el transcurso de pocos años hemos creado 17 grados de ingeniería biomédica. Hemos pasado de no tener absolutamente nada a una proliferación de graduados, quizá demasiados para la demanda previsible. La ingeniería biomédica es muy importante en el ámbito de los hospitales, no solamente en la investigación, también en la asistencia diaria porque los hospitales cada vez son más tecnológicos, están llenos de instrumentación y hace falta un equipo de personas que entiendan esa instrumentación, a través de una figura profesional que se llama “ingeniería clínica”.  En la Universidad Carlos III hemos puesto en marcha un Máster de Ingeniería Clínica, el primero que en España aborda específicamente ese perfil profesional y, aunque hoy hay una clara demanda, espero que no caigamos también en una superproducción de ingenieros clínicos y no sepamos qué hacer con ellos.

 

Cada vez el diagnóstico por imagen tiene mayor peso en medicina, ¿cree que la presencia de especialistas en ingeniería biomédica en los hospitales está suficientemente representada?

Si pensamos en ingenieros biomédicos en términos generales, que puedan participar en la tarea asistencial, estamos claramente muy retrasados. En los hospitales no existe el concepto de ingeniero integrado en lo que es propiamente el circuito asistencial. En el ámbito de la ingeniería clínica sí hay más profesionales trabajando, porque la necesidad de ingenieros especialistas en la instrumentación hospitalaria es palmaria.. , Pero los ingenieros biomédicos no solamente pueden trabajar en los hospitales, en el ámbito de la industria también tienen un amplio abanico de potenciales puestos profesionales en el desarrollo y gestión de toda esa instrumentación que se utiliza en el hospital.

 

En España se está llevando a cabo durante los últimos años investigación biomédica de primer nivel, además del trabajo de transferencia de estas investigaciones al mercado, ¿cuál es la implicación de los hospitales en esta transferencia? ¿puede suponer esta transferencia una importante fuente de ingresos que ayude a la sostenibilidad del sistema sanitario?

Nuestro país tiene un enorme carencia en el asunto de la innovación y de la distancia entre lo que es la ciencia y generación de conocimiento y el aprovechamiento de ese conocimiento que hemos generado. Desde algunas instituciones públicas como es el Instituto de Salud Carlos III se decidió crear hace años una plataforma llamada ITEMAS, para estimular y facilitar los procesos de innovación y de transferencia en los hospitales; para que el trabajo científico no quede simplemente en un artículo sino que se convierta en algo real que genere valor para la sociedad. Esta iniciativa ha inducido un marcado cambio cultural respecto a la innovación en los hospitales en los últimos diez años;  ahora se entiende mejor qué es la innovación, se comprende que el artículo científico es una etapa del camino, no es el final, y el hecho de haber podido poner en los hospitales estructuras de ayuda para la innovación y para la transferencia de tecnología ha sido decisivo para que hayamos podido experimentar un aumento de proyectos de innovación y de resultados con éxito. Por otra parte, más que hablar de ingresos, yo hablaría de generación de valor, que podría ser a través de ingresos si hemos licenciado alguna tecnología que produzca retornos económicos, pero no es la única manera de generar valor, también se puede hacer disminuyendo costes, optimizando procesos o, simplemente, permitiendo la financiación de nuevos proyectos de investigación en colaboración con la industria. Yo creo que esa colaboración público-privada y esa integración de la investigación y las necesidades industriales es absolutamente necesaria.

 

¿Qué papel desempeñan en el avance tecnológico y en la innovación plataformas como ITEMAS?

Fui coordinador de ITEMAS durante diez años y la verdad es que estoy muy contento de ese período de mi vida. Hace diez años cuando se mencionaba la palabra innovación, casi nadie sabía de qué se trataba; cuando hablábamos de patentes parecía que era una cosa que se hacía en el extranjero (recordemos el famoso “que inventen ellos”), y cuando hablábamos de transferencia a la industria era una cosa rara porque en España había muy poca tradición de transferencia de tecnología y de emprendimiento. Eso ha cambiado mucho en estos diez años, y ahora mismo las unidades de apoyo a la innovación son un ente que conoce todo el mundo en el hospital y juegan un papel muy relevante, cada vez con más proyectos y más personal. Me atrevería a decir que hace diez años el ámbito académico universitario estaba más adelantado que los hospitales en términos de transferencia de tecnología, pero ahora es al revés.

 

En cuanto a la cirugía también se están desarrollando proyectos interesantes a nivel experimental, ¿qué retos tiene la cirugía en el futuro?

En la cirugía está entrando la tecnología por todas partes, desde la cirugía robótica, los sistemas de navegación quirúrgica guiados por ordenador y por imagen, la impresión 3D de herramientas quirúrgicas, etc. Aunque también es verdad que esta irrupción de tecnología de la ingeniería biomédica se ve en todos los ámbitos de la medicina, desde la cirugía por la que me pregunta hasta el laboratorio, pasando por la medicina clínica convencional, las herramientas de diagnóstico, la imagen, etcétera.

 

¿Cuáles son sus principales logros en su dilatada carrera médica: tanto en medicina asistencial como en la vertiente más empresarial y de investigación en imagen biomédica?

Sin duda puedo decir que he podido trabajar en lo que me gustaba, y en ese sentido estoy contento. Quizá he ido cambiando el perfil a lo largo de mi vida porque al principio estaba más enfocado a la investigación y a la generación de conocimiento, y con el paso del tiempo descubrí la empresa y el emprendimiento, lo que me sirvió para aprender mucho. Últimamente, desde que me incorporé a la universidad para contribuir a la puesta en marcha de todo este ámbito de la ingeniería biomédica en la Carlos III, tengo la sensación de que lo más trascendente o lo más relevante que puedo hacer a estas alturas de mi vida es formar nuevos buenos profesionales y tratar de dejar la estructura un poco mejor de lo que estaba cuando yo llegué.

 

¿Qué trabajos científicos destacaría de las más de 570 publicaciones donde ha participado o en los casi 100 proyectos nacionales e internacionales de investigación?

Lo más destacable son quizá aquellos trabajos que no han sido una mera aportación al conocimiento, sino que después se han convertido en productos tangibles, que en algún caso se han vendido por el mundo y que me han permitido financiar mi grupo de investigación. Me parece interesante ser capaz de combinar el trabajo científico con la generación de innovación y la consecución de financiación no solamente pública sino también a través de retornos industriales, es decir, de cosas que se han hecho y funcionan.

 

Ahora forma parte del Business Advisory Board de GENESIS Biomed, ¿qué cree que puede aportar con su experiencia a los proyectos en que trabajamos y cómo valora este tipo de iniciativas?

Yo creo que GENESIS Biomed es una iniciativa que cubre una necesidad que teníamos en el país, una empresa-puente para esta transferencia del conocimiento que se genera en la academia y en los hospitales y que tiene que conseguir llegar a la práctica. Es un trayecto muy complejo donde hay que contar con ayuda profesional, porque esta gestión es enormemente difícil. Empresas del perfil de GENESIS Biomed, que conocen muy bien cómo hay que conducir esa transición del mundo de las ideas al mundo de la realidad son imprescindibles y pueden llegar a ser el secreto del éxito en muchos proyectos. Desde que conocí GENESIS estoy encantado, en el hospital contamos con ellos cada vez que tenemos un proyecto complejo y con buenas posibilidades de futuro. Recientemente me invitaron a participar en su Business Advisory Board, en la modestia de lo que yo pueda aportar, que es el llevar muchos años en esto y haberme equivocado muchas veces, y tener quizá una formación muy multidisciplinar, por lo que en algunos proyectos a lo mejor mi punto de vista puede ser interesante para este comité que asesora a GENESIS.